La empresa que opera el sistema de metro de São Paulo no podrá seguir adelante con la implementación del software de reconocimiento facial luego de que se le negara su apelación como parte de una demanda civil por el asunto.
En el último desarrollo del caso judicial iniciado por organizaciones de derechos humanos y derechos del consumidor, el Tribunal de Justicia de São Paulo mantuvo una decisión anterior que ordenó la interrupción del despliegue en marzo.
Las organizaciones piden la suspensión del uso de la tecnología de reconocimiento facial «masivo e indiscriminado», que forma parte de un sistema de vigilancia y que impactaría a más de 4 millones de personas que viajan diariamente en el sistema de metro.
Los demandantes argumentaron que el sistema de monitoreo electrónico involucraría reconocimiento facial, con imágenes de los usuarios del metro capturadas por un sistema llamado SecurOS. El objetivo es almacenar datos, y existe la posibilidad de que SecurOS se integre con otros sistemas de monitoreo electrónico basados en reconocimiento facial.
Como parte de la demanda civil contra la Companhia do Metropolitano de São Paulo (METRO), las organizaciones también reclaman daños colectivos de al menos 42 millones de reales brasileños (US$9 millones). El monto se relaciona con el valor del contrato para la implementación de la tecnología.
La decisión anunciada en marzo se basó en el riesgo de vulneración de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Al impugnar el fallo, METRO dijo que su sistema “cumple estrictamente con el Reglamento General de Protección de Datos (LGPD)”.
En la última sentencia de la jueza María Laura Tavares, no había «justificación plausible» para permitir que la empresa siguiera adelante con el proyecto, y la decisión anterior tenía como objetivo «impedir la ejecución del sistema de captura y procesamiento de datos biométricos de los usuarios del metro». para su uso en sistemas de reconocimiento facial».
En marzo, la decisión anterior sobre el caso reconoció que la función de reconocimiento facial estaba en la hoja de ruta del sistema de vigilancia, pero aún no se había activado. Por el contrario, también se señaló que la empresa detrás del sistema de metro de São Paulo no proporcionó detalles sobre cómo se usaría la función y cómo se manejarían los datos personales.
Por otro lado, la decisión anterior también reconoció que METRO sufriría «daños irreversibles» en caso de suspensión del despliegue. La última decisión se mantendrá hasta que el pool de organizaciones detrás de la acción civil se manifieste en el caso.