Trabajadores tecnológicos
Según el Washington Post, trabajadores tecnológicos de alta tecnología indios y chinos que buscaban la ciudadanía estadounidense y amigos poderosos formaron un grupo llamado Immigrant Voices en K Street, hogar de todos los cabilderos. Immigrant Voices tiene 3000 miembros, tiene una meta de recaudación de fondos de $200 000 y, sobre todo, tiene una asociación con la poderosa firma de cabildeo Quinn Gillespie & Associates LLC.
Immigrant Voices no está preocupado por la cerca en la frontera con México, sino por la versión del Senado del proyecto de ley de liquidación presupuestaria que incluye una disposición que permitiría a los H-1B continuar solicitando tarjetas verdes incluso después de que se haya alcanzado la cuota. La medida fue levantada en la reunión. En lugar de salir a la calle, entrevistaron a empresas de cabildeo.
«Si no va a ser grande, no valdrá la pena el esfuerzo», dijo Kapoor, quien trabaja en la Universidad Estatal de Florida y ha viajado a Washington nueve veces en los últimos tres meses. «La mayoría de nosotros hemos llegado a este punto y hemos esperado ocho o nueve años y nuestras vidas personales han quedado en suspenso».
Ni Quinn Gillespie ni Immigrant Voice han revelado el monto pagado por los servicios de la empresa. Kapoor dijo que eran «menos de cinco cifras».
“Es una historia compasiva”, dijo Nick Maduros, cabildero de Quinn Gillespie. «Para este grupo, sus problemas son muy técnicos y, francamente, no tan controvertidos, pero han sido eclipsados».
Hoy, los H-1B están bajo fuego por una propuesta del Senador Arlen Specter (R-Pa.) que aumentaría el número total de tarjetas verdes de 140,000 a 290,000, pero revocaría las regulaciones que permiten a los países que ya excedieron su cuota (no país debería obtener alguna vez más del 7% del total) para recibir tarjetas de residencia no utilizadas. Spectre establece un 10% para cada país.
Immigrant Voice piensa que esta es una restricción estúpida.
[IV content director Bharati] La economista con sede en California, Manda Patti, cree que la restricción perjudicará a EE. UU. a medida que cambie la demanda de habilidades. «Sucede que la tecnología informática y ciertas habilidades técnicas son muy necesarias aquí y en todo el mundo. Sucede que hay dos países que han invertido muchos recursos en educación en estas áreas… India y China».