Una nueva investigación sugiere que solo la mitad de las organizaciones en todo el mundo revisaron sus políticas de ciberseguridad cuando llegó el COVID-19.
La pandemia de COVID-19 provocó un cambio rápido al trabajo desde casa. Mientras que las organizaciones a menudo tenían a sus empleados en la oficina y, por lo tanto, el acceso a los recursos corporativos estaba más centralizado allí, la necesidad de proporcionar opciones remotas también aumentó la superficie de ataque potencial.
El uso de la red privada virtual (VPN) es habitual para conectarse de forma remota a los sistemas de la empresa. Sin embargo, la pandemia provocó un uso más generalizado de PC personales y teléfonos con diferentes niveles de seguridad, y la dependencia de herramientas de videoconferencia y correos electrónicos también causó dolores de cabeza a los equipos de seguridad.
Según una investigación publicada el martes por Ponemon Institute, en nombre de Intel, la empresa global gastará aproximadamente $172 mil millones en ciberseguridad este año. Sin embargo, solo el 53 % de los encuestados dijo que actualizó sus estrategias existentes debido a la pandemia, y esto podría indicar una desconexión entre gastar el efectivo y aplicarlo correctamente en el lugar de trabajo moderno.
Cuando se realizaron cambios en las políticas existentes, fueron impulsados por factores que incluyen demandas de trabajo remoto, fallas en la cadena de suministro, mayores tasas de ataques cibernéticos y rotación de empleados.
En total, el 59% de las organizaciones encuestadas en la investigación dijeron que sus prácticas de ciberseguridad son «innovadoras», al menos en lo que respecta a la detección de amenazas, seguidas por el 51% que cree que son innovadoras en la forma en que se realizan las inversiones en tecnología.
La pandemia ha creado lo que podría convertirse en una fuerza laboral híbrida permanente. Las organizaciones empresariales han reconocido que esto requiere un cambio en las inversiones, con el trabajo remoto, la inteligencia artificial (IA) y la automatización convirtiéndose en las principales prioridades.
El 85% de los encuestados dijo que las soluciones de seguridad basadas en hardware y firmware son ahora una prioridad «alta» o «muy alta» cuando se trata de aplicaciones de soluciones de seguridad. Además, el 64% de los encuestados dijo que sus empresas estaban tratando de aumentar la seguridad a nivel de hardware, teniendo en cuenta la nube, los centros de datos, la informática de punta y los centros de operaciones de seguridad (SOC).
La integración de estrategias de confianza cero también está sobre la mesa para los jugadores empresariales. A medida que la pandemia continúa afectando a las empresas en todo el mundo, el 75 % de los encuestados dijeron que tienen un mayor interés en adoptar marcos de privilegios y acceso de confianza cero.
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