Brasil ha logrado una mejora en el último Índice Global de Innovación, sin embargo, todavía está rezagado con respecto a otras naciones latinoamericanas como México, Chile y Costa Rica.
En el índice de este año, elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en colaboración con la Universidad de Cornell y el Insead, Brasil aparece en el puesto 62.
El último resultado es una mejora de cuatro posiciones con relación al informe del año pasado: en 2019, Brasil ocupó el puesto 66 en el índice. Sin embargo, el país aún está lejos del puesto 47 logrado en 2011.
La Confederación Brasileña de la Industria, uno de los socios del GII, saludó la mejora con relación a 2019 y argumentó que la posición actual de Brasil en el ranking es incompatible con el hecho de que es la octava economía del mundo.
Al comentar sobre las deficiencias de Brasil y las posibles áreas de mejora, el presidente de la Confederación Brasileña de la Industria, Robson Braga de Andrade, señaló que el país «sigue en una posición por debajo de su potencial».
«Brasil necesita trabajar en el financiamiento de la innovación, fortalecer las alianzas entre el gobierno, el sector privado y la academia, estructurar políticas de innovación a largo plazo y priorizar la formación priorizar la formación de profesionales calificados», dijo Andrade.
A nivel regional, Brasil emergió como cuarto en la lista de 37 países citados en el GII, detrás de Chile, en el puesto 54, seguido de México (55) y Costa Rica (56). Suiza, Suecia, Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca, Finlandia, Singapur y Corea del Sur son los países líderes en el GII de este año.
En noviembre de 2019, Brasil inició el proceso de creación de una Política Nacional de Innovación, con el lanzamiento de una consulta pública. La política, que aún debe ser aprobada e implementada, tiene como objetivo fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías enfocadas en mejorar la economía y la prestación de servicios públicos.
El plan pretende centrarse en áreas como la expansión de la infraestructura de investigación, la simplificación del proceso de patentamiento y el fomento del conocimiento científico abierto disponible en las plataformas digitales.
Además, también buscará formas de apoyar la creación y el desarrollo de nuevas empresas, fomentar el ecosistema de creadores y desarrolladores brasileños, así como una mayor inversión del sector privado en investigación y desarrollo.