Según nuevos datos de la encuesta PandemicEX de Forrester, los empleados confían en sus empleadores como fuente de información sobre COVID-19 y el coronavirus más de lo que confían en los gobiernos y los sitios de redes sociales. La conclusión para los empleadores es que la comunicación poco frecuente sobre este tema que cambia rápidamente puede dejar a los empleados ansiosos y más vulnerables a las campañas de desinformación.
Las campañas de desinformación diseñadas para avivar la indignación y aumentar la ansiedad ya son exitosas
los El Correo de Washington informó sobre un informe inédito dentro del Departamento de Estado de EE. UU. que encontró aproximadamente dos millones de tuits que amplificaban conspiraciones relacionadas con COVID-19 del 20 de enero al 10 de febrero. Estas campañas incluyeron la falsificación de la fuente del virus, el racismo desenfrenado y otras narrativas diseñadas para distorsionar la verdad. Los disturbios y ataques en Ucrania comenzaron cuando un correo electrónico falso decía que los evacuados de China habían contraído el virus.
Las operaciones de influencia dirigidas a la atención médica no son nuevas, y las lecciones recientes tanto del brote de ébola de 2014 como del movimiento «antivaxxer» demuestran que la ansiedad pública sobre los problemas relacionados con la salud es un terreno fértil para las campañas de desinformación. Las empresas son una fuente de información esencial y confiable sobre el COVID-19, por lo que deben comunicarse con frecuencia o correr el riesgo de dejar a sus empleados susceptibles a campañas de desinformación.
Esta publicación fue escrita por el vicepresidente y analista principal Jeff Pollard, y apareció originalmente aquí.